Minas Tirith: Ciudad de Reyes

lunes, 14 de febrero de 2011

Día de los Enamorados con los Wyvernspur


Día de los Enamorados, y la gente se debate entre dos posiciones: vivirlo intensamente, rodeados de peluches, al acecho de bombones, cartas – en estos tiempos, estiláis más notas en vuestros muros de facebooks y tuentis – y miradas envueltas de promesas, o renegar de todo lo que huela a consumismo y a días prefabricados por “El Corte Inglés”. Sea cual sea vuestra posición, intentaremos poner en perspectiva el post de hoy, y adecuarlo a esta celebración tan odiada por algunos y tan esperada por otros tantos. Hablaremos de un libro de fantasía épica, de la saga de los Reinos Olvidados, que se centra en una hermosa historia de Amor. El libro se titula El espolón del wyvern, de Kate Novak y Jeff Grubb, y es la segunda parte de El tatuaje azul, del que ya os hablé en una entrada anterior.

Los libros de fantasía épica no son precisamente parcos en romances o historias amorosas: desde la pasión que siente el elfo oscuro Drizzt Do'Urden por la Dama Alustriel de Luna Plateada en los Reinos, el matrimonio entre la fogosa Cattie-Brie y el bárbaro Wulfgar; en la Dragonlance, recuerdo ahora mismo el triángulo amoroso entre Laurana, Tanis y Kitiara, la trágica historia de Huma, enamorado de una hembra de Dragón Plateado... y son muchas más. El amor entre Aragorn y Arwen, o de Gimli por Galadriel, son ya célebres. En las Crónicas de Belgarath, son pocos los personajes que no encuentran pareja a lo largo de los diversos libros, incluso el siempre soltero Seda, que acaba subiendo al altar junto a la margravina Liselle. Son demasiados ejemplos para el objeto de un post como este. Por eso, hoy nos fijaremos en una historia más sencilla, entre dos personajes que solo aparecen en este volumen: el aristócrata Giogioni Wyvernspur y la misteriosa hechicera Catling, idéntica en físico y aptitudes a la aventurera Alias de Westgate.

El espolón del wyvern no es una novela romántica: tiene todos los elementos del género, como un malvado hechicero envuelto en una conspiración, un protagonista con más poderes de los que sospecha, una intriga entre la que asoma una reliquia de la noble familia Wyvernspur. En inglés, por cierto, “Wyvernspur” significa precisamente “El espolón del Wyvern”, un animal fantástico parecido a un dragón pequeño. En cualquier caso, los autores añaden a esos rasgos “típicos” una historia de amor bien trazada, verosímil y hermosa, y por ello he juzgado oportuno hablaros de este libro hoy aquí.

En efecto, me gusta la evolución que sufren ambos personajes, los dos enamorados, ambos magníficos ejemplos de personajes redondos – recordad, los que sufren variaciones y cambian a lo largo de la obra: el Amor cambia a Giogi y a Cat. Les cambia la vida totalmente. Les mejora, en ambos casos. Al empezar a leer El espolón del Wyvern, es casi inevitable que Giogioni Wyvernspur, el protagonista, nos caiga tremendamente mal. Kate Novak y Jeff Grubb, los autores, nos lo presentan como un joven despistado, torpe, aristocráta – es decir, muy rico -, poco amante del trabajo y de los esfuerzos, que se cree poseedor de un gran sentido del humor, y que es considerado por sus amigos y familiares como un “inútil” sin talento alguno.



Muy pronto su vida entrará en contacto con una misteriosa hechicera, Catling, a la que conocerá mientras se ve envuelto en el misterio que agita la tranquila vida de su familia: la desaparición del espolón del Wyvern, una reliquia con poderes mágicos que han custodiado durante quince generaciones. Como tantos amores de la vida real, el suyo no puede empezar peor. Cuando la ve por primera vez, Giogi prácticamente la considera una delincuente, descarada, arrogante, poco femenina y para nada atractiva. Por su parte, cuando Cat se cruza con nuestro protagonista a duras penas podrá disimular su desprecio; y, sin embargo, a medida que avancemos por las páginas de este libro (editado por Timun Mas en 1992), veremos que esa repulsión y asco iniciales van variando, lentamente, como en el Amor, hacia otra percepción: primero simpatía, después admiración vacilante, y por último... Bueno, eso mejor no os lo chafo, por si queréis adentraros algún día en las páginas de esta buena novela sobre los Reinos Olvidados. En cualquier caso, os aseguro que si comparamos al Giogi inicial y al Giogio del final del libro – ya enamorado de Cat – es casi imposible reconocerlos. ¿Demasiado osado hablar de una Metamorfosis por Amor? Juzgad vosostros.

El amor entre Giogi y Cat no es el único aliciente para leer este libro. En este post tan atípico no hemos tratado con profundidad ningún concepto de clase, pero ya sabéis que no hay libro que no nos vaya a enseñar nada. Si os animáis a leerlo, veréis, aunque no le dediquemos una entrada específica en este blog, que podéis aprender muchas cosas con él, además de disfrutar de una buena aventura, bien escrita, y con sus momentos de acción, pelea, violencia, intriga, traiciones y revelaciones sorprendentes. Fijaos, tramas y amoríos aparte, en el tratamiento de los diálogos, sus buenas descripciones – las topografías de la mansión de los Wyvernspur o las prosopografías de los personajes principales, como Giogi, Olive o el malvado Flattery -, cuestiones de vocabulario y ortografía, etc. Leer cualquier libro es un sinónimo de estudiar nuestra asignatura: a veces, incluso sin ser conscientes de ello.

Por último, aunque El Espolón del Wyvern sea parte de la trilogía del Tatuaje Azul, puede entenderse lo suficiente si la léeis como obra independiente: como máximo, perderéis algunos detalles sobre Alias, el origen de Cat y el papel de esa halfling insoportable, caradura y manipuladora de Olive Ruskettle. Que lo disfrutéis, y acabéis de pasar un buen Día de los Enamorados. Saludos, nos vemos en clase.

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