Minas Tirith: Ciudad de Reyes

viernes, 25 de marzo de 2011

El "SE" impersonalizador en La cruzada de las Máquinas


Demasiados días de la mano de Elfos, Magos y criaturas legendarias, ¿no os parece? Es hoy buen momento para retomar una trilogía de la que ya os hablé el año pasado: las Leyendas de Dune. Si en aquel ya lejano post repasábamos las palabras compuestas con la primera parte de la trilogía, La Yihad Butleriana, hoy rescatamos el segundo libro de la saga, titulado La cruzada de las máquinas y obra, de nuevo, de Brian Herbert – el hijo del autor original de Dune, Frank Herbert – y Kevin J. Anderson. En España lo editó DeBols!llo, la línea económica de Mondadori, en 2007; está espléndidamente volcado al castellano por Encarna Quijada.

Hablando de una segunda parte, resulta casi innecesario decir esto, pero por si acaso, no está de más: tenéis que haber leído primero La Yihad Butleriana para enteraros del libro que hoy nos ocupa aquí. Si no os gustó la primera parte, o no la habéis leído, este post tiene muy poquito sentido para vosotros, aparte del recurso que refrescaremos hoy con algunos ejemplos del libro: las oraciones impersonales con “SE”. En cualquier caso, nunca está de más ensayar nuevos recursos, y para el habitual repaso sobre el argumento de este libro de ciencia ficción, emplearé la función del Spoiler, y de paso os explicaré este neologismo y anglicismo que nos ha traído la era 2.0.

En los blogs, foros y demás interacciones en la Red, se denomina SPOILER a aquel que – involuntariamente o no, los hay con muy mala baba – desvelan el final o detalles de la trama de alguna obra: “chafadores” de finales y destripadores de misterios. Pues bien, para evitar caer en esta incómoda e impopular categoría, Blogger nos permite “ocultar” parte del contenido de un artículo bajo un tag de Spoiler: así, el interesado puede acceder al “contenido oculto” con un solo clic, pero a sabiendas de que puede encontrarse detalles relativos a la obra o saga sobre la que está leyendo. Tú ya le habrás avisado, lo que haga es cosa suya. Es una norma de cortesía que os recomiendo usar cuando seáis, no consumidores, sino generadores de contenido en Internet. Si empleáis Blogger como yo, podéis aprender como introducir Spoilers en vuestro blog en este enlace.

Como os decía, veamos primero el argumento de La cruzada de las Máquinas.

AVISO DE SPOILER


Siguiendo con la múltiple perspectiva que ya habían ensayado en La Yihad Butleriana, Herbert y Anderson nos llevan a través de la terrible guerra entre humanos libres y las Máquinas Pensantes de Omnius. La Yihad, o Cruzada contra las Máquinas, se encendió tras el brutal e inhumano asesinato del pequeño hijo de Serena Butler a manos del robot Erasmo, y ya le ha costado a la humanidad millones de vidas como tributo. La Tierra ha sido arrasada, los yihadistas se han diseminado por el Universo luchando contras la fría y eficaz inteligencia asesina de los siervos de Omnius. Han pasado veinticinco años desde el final del primer libro, y nada indica que tan colosal conflicto tenga visos de acabar.

Siguiendo el patrón del Dune original – no hablamos de calidad ni excelencia -, en La cruzada de las máquinas se suceden los episodios, breves e introducidos por una cita inventada pero coherente, donde se nos regalan frescos de los distintos escenarios y situaciones del Universo humano: la tormentosa relación dentro de la Yihad de Vorian Atreides y Xavier Harkonnen, aún condicionados ambos por la presencia recluida y monacal de Serena; la vida de los esclavos zensunnies, oprimidos, que se debaten entre la fe no violenta de Ishmael y el violento activismo de Aliid; la vida de los montagusanos de Selim, el joven expulsado de su sietch con injusticia que aprendió a domar a los inmensos gusanos de arena de Arrakis, el planeta desértico, a los que él y los suyos veneran como Shai-Hulud. Para todos los que leímos fascinados sobre los Fremen, es gratificante poder asistir a la génesis del “pueblo”, de su cultura, de su relación con los gusanos, el origen de todo lo que diez mil años después daría lugar a la trama del Dune original.

Además, no faltarán en este libro las tramas políticas, siempre con ese miserable manipulador de Iblis Ginjo a la cabeza, dispuesto a emplear el justo empeño yihadista en beneficio propio; sus movimientos, como la creación de esa inquietante Yipol y su séquito de sicarios – definición más justa que la de colaboradores –, nos dibujan a un autoritario y poco escrupuloso político al frente del empeño humano por librarse de Omnius. Es interesante también la intervención de los Pensadores y los avances hacia instituciones que los lectores del Dune original ya conocemos: por ejemplo, los prestigiosos médicos Suk, cuyo distintivo lucirá milenios después el doctor Yueh; los maestros de armas de Ginaz; o los inventos que revolucionarán algún día los viajes espaciales, de la mano del prodigioso genio de Norma Cenva.

El personaje, esta joven maravillosa, Norma Cenva, retratada por los autores con profusión, especialmente en su relación con su bella y arrogante madre, la hechicera Zufa y el amante de esta, Aurelius Venport, fue mi hallazgo preferido en este libro, pero tiene muchas otras virtudes si os gusta esta magnífica saga de ciencia ficción.


Todos estos personajes, por supuesto, añadirán a sus tribulaciones e historias personales el peligro común, amenaza vertebradora para todos los Humanos libres, de la Cruzada contra Omnius. La supermente, junto a sus creadores y ahora esclavos Titanes y su poliédrico e independiente consejero Erasmo, planea la extinción de la raza humana por simples razones de eficiencia. Los fríos cálculos de su lógica no tienen nada que ver con rencor, venganza o ansias de conquista: sus cálculos dicen que el Universo funcionaría mucho mejor sin humanidad en él. La lucha entre esas dos voluntades (aniquilación y supervivencia) impregna cada página de este fresco sobre un mundo fascinante, originalmente ideado por el norteamericano Frank Herbert hace menos de medio siglo. No os lo perdáis. En el futuro, concluiremos nuestra introducción a esta trilogía de las Leyendas de Dune con un post dedicado a su tercer y último libro, La batalla de Corrin.

En cuanto al concepto de clase que quería ver hoy, se trata de un tipo de Oraciones impersonales, que hemos estado estudiando estos días en 3º de ESO. Recordaremos el uso del “se” impersonalizador empleando algunos ejemplos de La cruzada de las máquinas.

Como dijimos, las oraciones impersonales son aquellas que no tienen SUJETO. Tened cuidado: no aquellas en las que no aparece el sujeto, pero sí que lo tienen, aunque sea elíptico, no explícito; solo las que no tienen sujeto en ninguna parte, ni siquiera escondido.

Entre las oraciones impersonales que vimos estaba una construcción sintáctica que emplea el pronombre “SE” como marca de impersonalización. Las razones de este proceso no tienen que ver con la sintaxis: por algún motivo, al hablante le interesa apartar la atención del verdadero sujeto de la acción (que lo hay) y opta por ocultarlo detrás de ese pronombre inocentón, el “SE”. En clase os lo explico con el ejemplo del jarrón. Os habéis cargado de un balonazo el jarrón chino de metro veinte de vuestra madre. Cuando llegue, podéis optar por una valentía suicida, y admitir vuestra condición de sujetos rompe-jarrones:


(Yo) He roto tu jarrón favorito.


o emplear esta estructura de la que hablamos, y convertir la explicación en una oración impersonal, sin sujeto:


Se ha roto tu jarrón favorito.


Casi siempre me decís que eso no os libraría de una probable y merecida explosión de furia, pero no nos confundamos: podéis saber hacer muy bien oraciones impersonales, pero nuestras madres no tienen ni un pelo de tontas.

Veamos un ejemplo de oración impersonales con “se” extraída de La cruzada de las máquinas:


Lord Bludd se sentía satisfecho; SE habían contratado todos los esclavos necesarios para la construcción y acondicionamiento del hangar.


Como veis, ese miserable y enriquecido noble de Poritrin declina “ensuciarse” las manos, y prefiere pensar que él no ha contratado a esclavos: “se” han ocupado de ello, en abstracto. ¿Quiénes? La oración es impersonal precisamente porque al emisor no le interesa focalizar la atención en el sujeto, sino en el objeto: precisamente, para el gordinflón y sibarita lord Niko Bludd los esclavos zensunníes son eso, objetos. En este caso, “todos los esclavos necesarios...” es el Complemento Directo de “habían contratado”. La oración no tiene sujeto, y la analizaríamos así: tras el SV, Oración Impersonal. Otro ejemplo:


- Los yihadíes y los mercenarios – dijo Serena – no son los únicos que luchan en nuestra guerra santa. Es hora de que SE reconozca y bendiga a otros que nos aportan tantas contribuciones...


En este caso, Serena Butler impersonaliza la frase porque quiere expresar que lo importante no es el Sujeto (tendría que ser una acción de toda la humanidad), sino las acciones expresadas por los verbos (reconocimiento y bendiciones) y el destinatario de las mismas ("a otros que..." sería el CD de persona). Oculta tras el SE está la idea del sujeto, así que de nuevo estamos ante una oración impersonal.

Es importante otra cosa: tampoco pensemos ahora que siempre que veamos un “SE” estamos ante una oración impersonal. Ya sabéis que es un pronombre muy común, por ejemplo, en las oraciones Pasivas reflejas, que sí tienen sujeto y no tienen nada que ver con la impersonalidad:


Ahora, gracias a los manejos políticos y a la avaricia de Holtzman, [Tuk Keedair] debería afeitarSE la cabeza.

En este caso, el sujeto, Tuk, realiza la acción de afeitar y es a la vez el destinatario o Complemento Indirecto de la misma, expresado en el SE fijado como sufijo al verbo. Ya lo habéis visto: con atención y teniendo claras las estructuras, la sintaxis no tiene dificultad.

Hay más ejemplos de la estructura sintáctica que hemos estudiado en estas páginas de ciencia ficción. Espero que las visitéis, con ese fin o simplemente por pasar un buen rato, y que el concepto de las Impersonales con el pronombre “SE” esté claro. Ante cualquier duda, ya sabéis. Hasta la próxima, buen fin de semana.

2 comentarios:

  1. Sintaxis, dulce sintaxis, amada mía... Miércoles control, a poneeeeerseee las pilaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas! ( A ver si pones una comprensión lectora sobre Blogger ! )


    Saludos cordiales mi capitán.

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  2. Así me gusta, con las pilas puestas. XD. Lo de capitán suena a cachondeíto, pero lo dejamos pasar. Suerte mañana, si nos lo permite ese chisme... A los diez minutos ya la habían desatascado (cuatro papeles enredados por dentro), y yo haciendo el pardillo... ¬¬

    Fins demà, a cuidarse

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